Consiste en reemplazar un diente, ausente o fracturado, por una prótesis, que dependiendo del caso puede ser:
Con excepción de las muelas del juicio, cualquier pérdida de dientes produce, antes o después, problemas que no sólo van a afectar a las demás piezas dentales, sino que también llegarán a implicar a los oídos, el estómago, el cuello o la articulación de la mandíbula.